miércoles, 28 de abril de 2010

Port O'Brien, Moby Dick (28-04-2010)


Texto y fotos de Henar Ortega para Indienauta.com

Veni, vidi, vici es lo que podrían decir los Port O'Brien tranquilamente tras volver a epatar en Madrid con su directo, esta vez formando parte de la siempre acertada programación de la sala Moby Dick.

La puesta en escena de esta banda es potente, rabiosa, implacable, demoledora. Muy contentos porque la capital era su última parada antes de volver a los USA, tocaron la mayoría de los temas de su último álbum,Threadbare, y gran parte del anterior, titulado All we could do was sing. Especiales fueron los momentos en que interpretaron las introspectivas Fisherman's son y Calm me down, con una intensidad instrumental y una modulación vocal asombrosas. Como grandes momentos de catarsis colectiva podemos destacar la furiosaClose the lid y el final con I woke up today, en el que invitaron a todo el público a subir al escenario. Bueno, más bien tuvieron que ir llamando uno por uno a sus amigos por sus nombres para que alguien se animara -estas cosas a miércoles, de entrada, dan palo- aunque luego ya se animó la masa. Un público que llenó laMoby Dick y que presenció con atención y silencio sepulcral todo el show de los californianos. Mucha gente anglosajona, por cierto.


Y qué decir sobre ellos: que lo dan todo en el escenario y transmiten muy buena onda; que el batería se deja la piel con las baquetas; y que el cantante no para de brincar por todas partes poseído por su guitarra. En mi opinión, aunque no tengan toda la repercusión que se merecen, Port O'Brien es una de las mejores bandas del momento y, por suerte, esta es la tercera vez que les vemos en Madrid en menos de medio año. Y que vengan las que quieran porque éste, de nuevo, fue un concierto de 10. La música nació para emocionar, y aquí tenemos un claro ejemplo, sin duda.



http://www.indienauta.com/conciertos/2878-port-obrien-moby-dick-28-04-2010

jueves, 22 de abril de 2010

El Guincho + The Very Best. Sala Heineken (Madrid), 22-04-2010


Escrito por Henar Ortega para Indienauta.com
Fotos: Henar Ortega y Ana Vicenti

Dentro del extenso ciclo Heineken Music Selector, la noche prometía calentita pero el comienzo del Guincho no cumplió para nada esa expectativa: cuatro gatos y el pobre Pablo volviendo a escena tras un año sin tocar y con cara de "¿qué pasa, por qué no hay nadie?". Es verdad que la convocatoria era a las 20h, pero lo cierto es que el concierto empezó sobre las 21h, y allí no había más de 50 personas. Eso sí, poco a poco se fue llenando, aunque la sala no llegó a superar la mitad de su aforo (más o menos). Esta circunstancia no impidió que los que estábamos allí disfrutásemos como unos enanos del show del Guincho. Un Guincho, todo hay que decirlo, un poco diferente a lo que nos tenía acostumbrados, con la incorporación de otro miembro más de Extraperlo a su set, y una notoria influencia de los sonidos de esa banda amiga suya y de sus referencias claras. Un sonido más orgánico, o algo así. Una especie de aire a Radio Futura y, cómo no estando de por medio los del Desayuno Continental, a Golpes Bajos.


Sonaron temas infalibles del Alegranza (Kalise, Costa Paraíso, Antillas o Palmitos Park) y canciones nuevas que presentaba, con guitarrillas made in Extraperlo, como venía diciendo antes. Destacar la canción con la que terminó su actuación, Eres una voz en mi habitación, que es un temazo que pudimos escuchar por primera vez (en Madrid) en un concierto que dio en el Nasti hace como año y medio, y que nos tiene como locos a un sector de sus seguidores, porque es de lo mejorcito que ha parido este chico, y decir eso es decir mucho tratándose del pelotazo por antonomasia del indie español de los últimos años. Por otro lado también cabe destacar una canción que presentó y que resulta que la escribió cuando pasó una temporada en Madrid hospedado en la calle Montera, y para la que se inspiró en ese controvertido enclave de la capital. Por lo que dijo, hasta después de verano no tendremos en nuestras manos el disco, y por lo que oímos, curiosidad es lo mínimo que podemos tener, aunque a priori soy de las que piensan que va a ser difícil igualar la calidad de un primer trabajo tan sumamente imprescindible como Alegranza. Esperemos que nos sorprenda (para bien).



La sala ya caldeada recibió a los imparables The Very Best. Pantalla gigante de leds con colores y el sueco (productor de las Bonde do Role) saliendo a escena agitando dos palmeras inflables y poniendo a todo trapo la base del Paper Plans de M.I.A. La Sala Heineken era un hervidero de bailes, y pronto salieron los otros dos:Esau Mwamway, de Malawi, y el sudafricano de la banda. Rapeos, saltos constantes, bafles dados la vuelta y ellos subidos encima... subidón extremo. Esta banda es como una apisonadora: bases demoledoras y cantes africanos en idioma Chichewa que no hay quien entienda pero que se expresan en el lenguaje universal del ritmo. Mezcla de dance, hiphop, pop y música tradicional de Malawi, una bomba. Pronto salían a escena dos bailarinas británicas de orígen africano que venían con ellos, y que, ataviadas con típicas telas del continente marrón y con unas bambas molonas (ahí, haciendo contraste), perpetraban unos bailes espectaculares y muy espasmódicos, también bastante extremos.


Tema a tema fueron cantando su repertorio, salpicado de colaboraciones con Vampire Weekend o Ruby Suns, y alabadísimo por Pitchfork, sin tiempo casi para respirar entre canción y canción. Calor, sudor y no para de bailar en el público. LLegó el desfase absoluto: "¿Queréis compartir con nosotros esta botella de vodka?", espetaron. Y, como no podía ser de otra manera, la sala entera pasando por primera fila a poner la boca para recibir un chupito de vodka a palo seco. Pronto llegaría la fase "todo el mundo al escenario": primero subieron un par de chicas a botar como locas con un tema, y a la canción siguiente invitaron a todo el público a hacer lo propio. El resultado: unas 50 personas arriba, la botella de Smirnoff rulando por ahí, a la caza de las palmeras inflables y locura generalizada. Poco menos de las once de la noche y los allí presentes viviendo un subidón mayor que el que puedas vivir a altas horas en cualquier festival viendo a tu banda favorita. En serio, un sorpresón en directo. Espectáculo que no se quisieron perder los del Guincho, que se quedaron a verlo, ni Fran Nixon, que andaba por allí.

Era la primera vez de The Very Best en Madrid y arrasaron. Todo el mundo como loco. Al terminar estuvieron preguntando que a dónde había que ir después. Una chica hasta se ofreció a montar un after en su casa si ellos venían, e invitó a toda la sala y todo. El Guincho sabemos que se iba a ir a Nasti después, que lo estuvo diciendo. Menudo cuerpo de juergues dejó esta velada, menudas ganas de salir a cerrar bares. Noches así deberían programarse en fin de semana, porque hay mucha gente que no puede salir a destiempo. Eso sí: los que adoramos esta insana costumbre nos quedamos encantados. Irremediablemente un concierto no apto para madrugón el día después y muy recomendable. Una perfecta noche tropical.




miércoles, 7 de abril de 2010

Triángulo de Amor Bizarro, Ochoymedio (7-04-2010)


Texto y fotos: Henar Ortega para Indienauta.com

¿Estáis preparados para un infierno de ruidaco?" -preguntó Isa nada más salir al escenario-. La respuesta nos la dieron ella misma y sus secuaces al instante, vomitando con furia los primeros acordes de Mal como efecto de mala voluntad, de su primer disco. A partir de ahí, un no parar de guitarracas, bajo potentorro, y savoir faire de los gallegos. En directo sus voces inquietan y su sea muy bueno, como fue el caso: ellos se ponen a rasgar las cuerdas y que sea los que Dios quiera.


Inmediatos, imparables e imprescindibles del indie patrio, tocaron con gran ímpetu temas del nuevo álbum que venían a presentar, Año Santo, y de su celebrado debut. Así, todo el Ochoymedio coreó al unísono grandes himnos como "llevar navaja siempre es conveniente" o "no tengo miedo mamá, camino hacia la luz". Y pocas fueron las gargantas que se resistieron a desgañitarse con De la monarquía a la criptocracia, el tema imán de su nuevo disco que escuchas una vez y no puedes parar de ponerlo en repeat. Del nuevo tocaron casi todo, destacando especialmente La malicia del género humano, El baile de los caídos, Año Santo o Amigos del género humano (¿soy la única que piensa que la voz de Rodrigo en este tema se parece mucho, pero mucho mucho, a la de Alaska?). Y puestos a buscar parecidos, el desarrollo que aparece en el segundo 18' de El radar al servicio de los magos me recuerda a esa quietud rockera que destilan los temas de The XX, y en vivo lo ejecutaron magistralmente. Además nos regalaron grandes dosis de disfrute con numerosos cortes de su primer disco: El Himo de la bala, ¿Quiénes son los curanderos? o la envolvente y perfecta en su composición El fantasma de la Transición.

Como ya habían ido dejando caer en las promos previas, Isa y Rodrigo venían acompañados por sus nuevos compañeros de banda, un batería y un teclista al parecer amigos suyos. Los nuevos componentes se dejan la piel para apoyar al sonido metálico y vibrante de la banda. Todos ellos lo dieron todo y acabaron totalmente sofocados, exhaustos. Un concierto de Triángulo de Amor Bizarro es como "sufrir" una anestesia de esas que te deja noqueado pero en un estado como de plena satisfacción. Sales de allí con los oídos aletargados como si acabaras de disfrutar de la rabia de My Bloody Valentine en directo, flotando como en una nube de guitarras contundentes y certeras. Como decía Marina de Klaus&Kinski durante el concierto que dieron al día siguiente en Madrid: "lo de Triángulo ayer estuvo bonico, ¿verdad?, aunque los oídos pitan un poco". Los Punsetestampoco se quisieron perder a esta apisonadora que nunca falla en directo. Larga vida a los TAB.

http://www.indienauta.com/conciertos/2884-triangulo-de-amor-bizarro-ochoymedio-7-04-2010